No para durar. Ha sido hecha
esta palabra.
No fuimos hechos. No para durar.
Como la línea, la palabra
—tómala de la mano—
se irá muriendo.
He escrito en el cuerpo del mundo,
en su piel sencilla, unas palabras
simples.
Un lenguaje derramado,
un tropel de piezas rotas,
flor del instante,
se desvanecen.