Hay veces que el amor se calla cuando hablamos,
alguna fuerza más nos hace falta entonces.
Quédate un poco debajo de tus propias palabras.
Que tu ignorado pie siga pisando el suelo.
Que en el suelo lo encuentre mi ignorancia dormida.
Nunca digas que fue verdad del todo un día,
que no hubieses podido pasar en nuestro lecho